“Lo que Calderón debe a Lope en El alcalde de Zalamea no es cualquier cosa accidental o secundaria, sino la
idea poética fundamental, el conflicto dramático, el plan, los principales
personajes, las situaciones culminantes, y, además, algunos versos enteros
y una porción de frases literalmente copiadas” (Menéndez Pelayo,1949).
También hay que remarcar que esta obra de Lope fue una de las más desdibujadas de toda su carrera, mientras que Calderón la supo adaptar a su estilo y forma y elevarla a la perfección que solo él sabía. Así es como consigue Calderón hacer caer en el olvido esa obra de Lope.
A día de hoy se sabe que ambas obras están basadas en hechos reales, transcurren en Zalamea de la Serena (Badajoz) y que el personaje de Pedro Crespo sí existió.
En cuanto a Lope de Vega:
Lope es un renovador en el género dramático. Compuso, a petición de la Academia de Madrid, el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (1609). En él expone sus teorías dramáticas:De las tres unidades -acción, tiempo y lugar-, sólo aconseja respetar la unidad de acción para mantener la verosimilitud, y rechaza las otras dos, sobre todo en las obras históricas, aconseja la mezcla de lo trágico y lo cómico: de ahí la enorme importancia de la figura del gracioso en su teatro, le da mucha importancia a los sentimientos. Pretende usar un lenguaje apropiado para cada situación y personaje (con ritmo y musicalidad en el verso) y que sea comprensible para el espectador.
Las obras teatrales de Lope de Vega giran en torno a dos temas, el amor y el honor, y su público es de lo más variado, desde el pueblo hasta las personas cultas. De su extensa obra, más de «mil quinientas» según el propio autor, se conservan unas trescientas de atribución segura.
El grupo más numeroso es el de comedias de capa y espada, que van relacionadas a una historia de amor; de tema bíblico e historias de santos, de sucesos históricos españoles...
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